lunes, 4 de junio de 2012

Recuerdos hundidos


El humo asciende delineando complicidad de vainilla.
Su boca provocadora y sus pómulos hundidos van al compás de las caladas.
Sus dedos se mueven en el aire como si tocara una bella melodía al piano.

En la silla de al lado, dos piernas blancas se entrecruzan.
Una sonrisa se vislumbra.

Sus miradas se cruzan para pedir un beso
mientras la conversación de la mañana habla de ilusiones, proyectos y pasión.

Recuerdos hundidos, momentos agotados, instantes que naufragaron. No volverán.