martes, 24 de abril de 2012

Cuando la liberación te concede vivir



Donde se fusiona mar y cielo, celeste con celeste.
Donde no se dislumbra el origen y el desenlace.
Donde todo se agrupa y se diluye.
Donde empiezas a emerger y a ser etéreo.
Donde todo fluye en el horizonte  hambriento.
Donde las nubes no dejan pasar la luz radiactiva de tu mirada.
Donde la marea te atrapa, te sumerge y te ahoga.
Es lento, suave, calculador, te adormece hasta que dejas de respirar…
Una voz alentadora susurra y sin más la soledad te abandona del sueño eterno, flota sola en el oleaje. Nadas hasta la orilla con la vestimenta mojada y el cabello confuso, pero llena de agua cristalina, fresca. Liberación libre que me concedes vivir sin prisiones que me atormenten.


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