martes, 22 de noviembre de 2011

Diferentes maneras de aprender poesía

Los recuerdos vagos que vienen a mi memoria de las clases de literatura en el colegio me permiten hoy en día saber que es la poesía: un género literario que manifiesta la belleza o el sentimiento estético por medio de la palabra tanto en verso como en prosa. Cuando la poesía está escrita en prosa el autor sigue manteniendo todos los rasgos propios de la poesía: subjetividad, utilización de un gran número de recursos literarios, cuidado formal y estético... Cualquier poema suele ajustarse a ciertas normas formales, relacionadas con los versos, las estrofas y el ritmo. Estas características se engloban en lo que se define como la métrica de la poesía, a través de la cual los autores vuelcan sus recursos literarios y estilísticos.

Se puede decir que la poesía nació íntimamente unida a la música, de ahí que el término canción fuera aplicado a las composiciones en verso que cantaban los poetas. Esto se debe a que los primeros poemas se transmitían acompañados por un instrumento musical, con frecuencia una lira (de donde procede el término lírica). Así, la entonación al leer un poema se acercaba bastante a los compases musicales que servían de fondo a la recitación.

Y una vez explicado el concepto e historia de la poesía nos obsequiaban con una gran lista de autores con su bibliografía y un pequeño poema a modo de ejemplo: Jorge Manrique, Gonzalo de Berceo, El Arcipreste de Hita, Calderón de la Barca, Lope de Vega, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, José Cadalso, José de Espronceda, Gustavo Adolfo Bécquer, Rosalía de Castro, Antonio Machado, Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca y un largo etcétera.


Una vez terminada la educación obligatoria: ¿Qué sabemos de poesía?, una definición completa y académicamente correcta. Y zas! Se rompe la magia que ofrece la poesía con estas definiciones que no permiten crear, emocionar, transformar el mundo y compartir emociones universales; porque la poesía apasiona, vive dentro de cada uno, enmudece al que recita y ensordece al que escucha. Son un baile de versos que vienen y van, juegos de palabras que quieren reordenar el mundo, se entrecruzan guiños del autor que invitan a la reflexión y al conocimiento de lo humano.

Tantos recitales de poetas que buscan la perdurabilidad, que exaltan la belleza y esencia de las cosas creando placer, pero también causan dolor.

Poesía que distorsiona, que despierta la creatividad, ofrece cambio, búsqueda de emociones, permite encontrarse con uno mismo, pero asusta y evitamos sumergirnos en ella. Esto si que es poesía y nos lo ocultan.