lunes, 7 de mayo de 2012

Idilios que saben a ti.




Creencia ciega,
dolor masticable,
pupila incandescente,
sonrisa lacrimógena,
latidos paralizantes,
cuerpo insostenible,
mente inquietante.
Sabe a ti.


En la reguera de mis recuerdos sobras tú. Un tú imaginario, inexistente. Sí, inexistente! Un tú cariñoso y paternal que te convierte en salvador. No, no, son solo idilios. Idilios de esperanza naranja. No, no existe. Idilios de frustración roja. Sí, esto sí que existe.