Fotografía realizada por Jesús Bolaño |
Dos luciérnagas me miran
a siete palmos del suelo.
Irradian felicidad.
Bajo su destello,
se encuentra su media luna creciente.
Blanca e impoluta.
Clava su irresistible brillo en mi.
Dice mi nombre.
Es ella, la he reconocido.
Me busca.
Me quiere.
Me despierto.
Me emociono.
Te cuidaré.
Tenerte supone para mi volver a nacer, volver a encontrarme con la vida. Mi trabajo queda muy lejano, mis amigos quedan lejanos. Toda mi energía está catalizada como una necesidad ineludible cercana al instinto. Siento una fuerza muy, muy fuerte que me envía a buscarte, que escapa a mi voluntad, a mi capacidad para racionalizar, e incluso a mis emociones… ¡Es ella!
ResponderEliminarY pensar que es lo inolvidable... Tu pelo, tus olas, tus recuerdos, tus lecciones, tu.
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