La niña tiembla, vuelve a temblar.
Sus ojos brillantes no parpadean para no dejar brotar lágrimas
retenidas.
Lágrimas que quieren deslizarse como un arroyo buscando su
cauce.
Se ha perdido entre la multitud que ríe.
Multitud consciente
de pertenecer a una sociedad paralizada y desunida.
Esconde su miedo bajo una sonrisa.
Porque no puede ocultar su rostro tras el pliegue de la
falda maternal.
Se mira las manos de mujer,
¿Dónde está la niña de la palmera de chocolate?
Sigue cogida de tu mano, muy fuerte.
Tranquilízala y abrázala.
Y no dejes que nunca llore por nadie.
Solo déjala que se acerca a quién le reporte una sonrisa.
Speachless.
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